martes, 1 de enero de 2013

La Huida de los Ricos y Soluciones a la Crisis

Confieso que en mi último post ("Los Buenos y los Malos") se me fue un poco la olla, porque empezé a escribir y el tecleo se me fue por los Bardem, Gerardo Díaz-Ferrán y los Sindicatos. Vamos, que "se me calentó el dedo" ante unos "personajes" que me calientan la sangre.

Mi intención era, sin embargo, otra: quería hablar solo de los ricos y de su huida a otros países donde se pagan menos impuestos. Y la razón de ello era otro nombre: Santiago Calatrava. El arquitecto ha trasladado su residencia fiscal a Suiza para pagar menos impuestos. Mi reacción fue: ¡Qué bonito! (Begoña dixit), ahora que la crisis nos azota, este señor se pira para ahorrarse unos dineros y pasar de rico a muy rico. ¡Seguro que luego le veremos en algún acto benéfico donando unas perrillas para que todo el mundo vea que es un tipo solidario!

Luego, antes de que me diera tiempo a plasmar nada en el blog, apareció el caso de Gerard Depardieu en Francia. ¡Vaya, en todas partes cuecen habas! Pero resulta que en este caso la prensa se cebó y salieron más datos publicados. Depardieu se muda a Bélgica porque en Francia le van a hacer pagar entre el 75 y el 85% de sus ingresos en impuestos ¡Qué barbaridad! Comprendo y apoyo al actor. Nadie debe pagar las tres cuartas partes de lo que genera con su trabajo. En ningún caso.

Por lo tanto, apoyo a Depardieu y "condeno" a Calatrava. ¿Cual es el límite numérico que separa mi actitud ante ambos? Para mí, y que cada uno ponga aquí su número, el límite está cerca del 50% de los ingresos brutos.  Esto es la mitad del tiempo de cualquiera donado gratuitamente al Estado. Ir más allá me parece abusivo.

Se dirá que es lícito que el Señor Calatrava se mude para pasar de pagar el 52% de tipo máximo en España a aproximadamente entre el 22,5 y el 45% en Suiza, dependiendo del Cantón donde se resida. Y es cierto, es lícito... pero no es ético...no, al menos, si no hace lo que ha hecho Depardieu: solicitar un cambio de nacionalidad. Si el Señor Calatrava quiere pagar menos impuestos fijando su residencia en Suiza, que se haga Suizo, que no diga que es Español. No puede pertenecer a una comunidad (llamemos así a España en este caso) aquél que se va, dejando de contribuir a su sostenimiento, sólo y exclusivamente por el beneficio propio. Eso no es ser miembro de la comunidad. Eso es sentirse parte de otra comunidad diferente, que se llama "Yo", y que se rije por una Constitución que dice que "sólo importo Yo y a los demás que les dén".

Como inciso quisiera aclarar que este discurso no tiene nada que ver con las personas que emigran a otro país para trabajar. Tampoco a aquellos que emigran a Suiza. La diferencia es que el motivo del traslado es trabajar en este caso, mientras que en el caso del arquitecto el motivo es "escaquear" impuestos. El primero se basa en una causa "justa"; el segundo se basa en el egoismo máximo.

Hágase Suizo el Seños Calatrava, y cuando en Suiza aumenten los impuestos, trasládese a otro país, que siempre habrá quien esté dispuesto a aceptar a los Yo-país, a los apátridas fiscales. Pero, por favor, que no reclame sus raíces, que no participe en eventos solidarios, que no pretenda mejorar su imagen y asuma ser lo que es: una persona a la que los demás le dan igual.

Pues bien, al hilo de este tema y ahora que todos nos hemos convertido en expertos economistas que opinan sobre cualquier cosa, permítaseme dar una de esas "recetas-milagro" que suenan bien, aunque asumo que si la analizara un especialista en la materia me la descuajeringaría, y que tiene que ver con lo del Señor Calatrava: entiendo que nuestro problema es de dinero, de falta de dinero, así que hay que sacarlo de donde está, porque "haberlo, haylo" y si lo afloramos, entonces podremos empezar a invertir y a compatibilizar ahorro con crecimiento. Si yo mismo pongo un límite en el tipo máximo de los impuestos entorno al 50%, el tema de gravar a las rentas más altas no parece la solución. Lo que propongo son cuatro medidas que podríamos clasificar como "de buena voluntad":

  1. Que las personas que tengan ingresos multimillonarios y que se consideren ciudadanos españoles establezcan su residencia fiscal en España y que den órdenes a sus asesores de minimizar la aplicación de "trucos legales" para tributar menos, al menos hasta que salgamos de estos momentos difíciles. Pedírselo al Arquitecto Calatrava no tiene futuro, pero por ejemplo Fernando Alonso dió este paso, aunque ello le costará, se ha dicho, unos 57 millones de euros en cuatro años. Un buen ejemplo ¿verdad?
  2. Que las empresas nacionales minimicen también sus trucos contables para enmascarar los beneficios obtenidos, moviéndolos de un país a otro hasta acabar en un paraíso fiscal donde apenas se pagan impuestos. Obviamente las empresas deben responder a sus accionistas y darles dividendos, pero seguro que hay manera de mejorar el balance ganancias-trucos-dividendos-impuestos.
  3. Que las empresas españolas traigan a nuestro territorio aquellos departamentos que pueden funcionar aquí, y que tributen aquí por actividades desarrolaldas a nivel global. Estoy pensando en ejemplos como Telefónica, que en la primavera pasada trajó de regreso a España sus "call centers" de Latinoamérica, o en Inditex, que ha trasladado de Irlanda a España el pago de impuestos de sus tiendas "online". 
  4. Que Hacienda invierta en inspectores para aflorar dinero negro. ¿Por qué no aplicar un enfoque propio de la empresa privada, tal y como incentivar económicamente a los inspectores que afloren más impuestos no pagados indebidamente? ¿Suena a recaudatorio? Pues sí, lo es.
 No voy a arreglar la situación actual del País, pero como espectador opino y comparto mis ideas.

1 comentario:

  1. Luis, tenía muchas ganas de escribirte respondiendo a tu artículo, pero cuando llego a casa después del trabajo ya estoy demasiado cansado para dedicarte unas líneas. Lo siento. Total hoy me pongo e intentaré ser breve.

    En el tema de los impuestos se nos olvida muchas veces, y en tu post también tu lo has hecho, que los impuestos hay que merecerlos, hay que ganárselos. Sé que los políticos dirán que son obligatorios y hay que pagarlos, pero éstos se pagan para algo, no porque sí. Y ese algo es lo que hay que ganarse.

    Hablabas de un 50% del sueldo bruto como el límite máximo a pagar, Todo lo demás considerarías que tendría carácter confiscatorio. Sin poner una cifra, esto ya lo dice nuestra Constitución en su artículo 31.

    Pero cuando hablamos de ese tanto por cierto que pagamos en impuestos a qué nos estamos refiriendo Luis, porque yo no me aclaro.... ¿es la parte de nuestro salario que pagamos al Estado? ¿O sólo la deducción por IRPF en la nómina? Es que la cosa cambia mucho.

    Por ejemplo, para una persona que tenga una retención pongamos de un 27%, nos parecería que está muy lejos de ese 50% que has indicado. Pero espera, que además te descuentan un 4,5% por seguridad social y un 1,7% por prestación por desempleo. Puedo equivocarme en algún decimal pero más o menos son esos los números. Así que esa hipotética persona, llamémosle Rafael, ya le han descontado un 27 + 4,5 + 1,7 = 33,2%.

    Ahora resulta que el restante dinero, lo que llamamos neto, de neto tiene más bien poco: todo lo que compres está gravado al 21%. Puede ser que algunas cosas no lo estén como la vivienda o la educación, pero cada vez son menos cosas. Así que podemos pensar que al menos se pague una media de un 11% adicional por impuestos indirectos (llamemosles de la forma que queramos, pero es dinero gratis para el Estado). Rafael ya habrá pagado un 33 + 11 = 44%

    Pero el ansia del Estado no acaba ahí. Ahora viene el IBI, las tasas de basuras, el impuesto de circulación, si te compras un coche un abusivo impuesto de matriculación que nadie sabe para qué sirve, tasas por licencias de pequeñas obras, impuestos por aparcar en las calles, compra de impresos oficiales, impuesto especial de hidrocarburos, otro eléctrico,etc. Un sin fín de pagos sin ninguna contraprestación que probablemente subirán ese 44% que paga Rafael, hasta ese 50% que indicaste. O sea Rafael trabaja 6 meses para las arcas del Estado y otros 6 meses para él, eso sí con unos impuestos que todo el mundo diría que son del 27%, es decir no mucho.....

    Siempre hay que hacer bien las cuentas, y los españoles somos muy dados a no hacerlas bien, y así nos va....

    Pero volvamos a mi primer planteamiento, los impuestos hay que merecerlos, hay que invertirlos, hay que ser transparentes con ellos, hay que ser efectivo y eficiente, a fin de cuentas es nuestro y no del Estado.

    Y la Constitución ya lo dice en su artículo 31.2 “el gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía”.

    Y esto es lo que brilla por su ausencia. Vemos como los políticos ganan lo que quieren, colocan a dedo a sus amigos, disponen de miles de supuestos asesores, viajan en primera, cobran en negro, financian de manera ilegal a sus partidos, cobran dietas aunque tengan su residencia en la misma ciudad,.... toda una podredumbre.

    Para eso no son los impuestos, no lo digo yo, lo dice la propia Constitución.

    Y, Luis, con mi dinero, no quiero que se sigan cometiendo tales desmanes, así que prefiero o no pagar mis impuestos. que no se merecen, o quizá pagarlos en otro país que los emplea mucho más eficazmente.

    Cuando se vuelvan a emplear de manera transparente, con equidad, sin amiguísimos, sin sobres, sin comités si función real, y demás...... volveré a pagarlos.

    En definitiva, la presión fiscal en España raya ya lo confiscatorio y además el gasto se realiza de forma aleatoria sin ningún principio de eficacia y en único beneficio de la clase política. Yo me bajo de este tren.

    Un abrazo,

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