viernes, 14 de diciembre de 2012

Los Buenos y los Malos

Hace unas semanas varios periódicos españoles se hacían eco de una encuesta hecha por The Economist, según la cual solo uno de cada cinco españoles creen que los ricos se merecen su fortuna. Por el contrario, en países como Australia, Canadá, Estados Unidos o China uno de cada dos ciudadanos asumen que los que tienen dinero se lo han ganado.

Para mí esto justifica en parte las dificultades por las que venimos atravesando en España: en vez de reconocer el esfuerzo y el trabajo, ¡lo condenamos!. Nos preguntan por los ricos y en lugar de pensar en aquellas personas que se han labrado lo que tienen a base de sacrificio y trabajo, en quien pensamos es en el del pelotazo, el del soborno, el que se aprovecha.

Para arreglarlo, tenemos las matizaciones: el inefable Javier Bardem, en una reciente entrevista por radio aseguraba que "los malos son los bancos" y "los buenos el tipo que está en paro, tiene dos hijos ...  y que debido a las grandes trampas que nos han hecho está pagando las consecuencias". Es decir, no todos los ricos son iguales, están los ricos perversos que chupan la sangre a los pobres, los bancos (todos ellos), y los ricos buenos que se preocupan por estos mismos pobres y se consideran uno de ellos (¿qué trampas le habrán hecho los bancos a Bardem?).

Mi lectura de este tema es que siendo yo un ciudadano de clase media, si tengo una buena iniciativa, trabajo enormemente y consigo crear una empresa próspera, dando trabajo a muchas personas...me convertiré en un ser depravado cuyo modo de vida será la exlotación sistemática de mis empleados.

¡No, hombre, no es eso!, dirían a coro (si me leyeran) los cretinos que separan al mundo entre buenos y malos por bloques.

Pues, bien, yo sé que, efectivamente, esto no es así. Hay ricos antes los cuales yo me quito el sombrero y otros a los que habría que dejarles una gorra como única posesión. También hay pobres que son dignos de enorme admiración y otros que son creadores de esta pobreza. Y también hay clase media, buenos y malos. No es cuestión de clases, es cuestión de ética, y eso es una opción personal.

Y como los buenos tienen su recompensa en serlo (y no lo digo de una forma ligera, sino que creo que esto es así), hablaré de algunos casos que yo entiendo pertenecen a "los malos" de ambos lados:

Si las noticias que van apareciendo en los medios sobre Gerardo Díaz-Ferrán, el ex-Presidente de la CEOE, se confirman, para mí este señor se convertirá en el paradigma de la miseria espiritual. Si es verdad que hacía lo que dicen que hacía, como poner sus bienes a nombre de testaferros para evitar pagar sus deudas, entre las que al parecer están el pago de las indemnizaciones por despido a sus trabajadores, para seguir viviendo a cuerpo de rey mientras sus ex-empleados las pasan canutas ¿como se puede ser tan cabrón? ¿como se puede dormir?

Por el otro lado, nomino a los sindicatos. Los grandes defensores de los trabajadores. Los que les ayudaban cuando se planteaban los EREs...llevándose, si es que también esto es cierto, una parte de cada indemnización. Según he leído en Expansión "(el sindicato) cobra a cada uno de estos trabajadores entre un 10% y un 15% de la cantidad que obtiene como indemnización por encima de los veinte días por año trabajado". Yo he estado afectado por un ERE, y confieso que no sé si esto ha sido así, pero me da a mí que podría haber sido y que no me hubiera enterado. En otras palabras, si se publica esta noticia, y es cierta, tiendo a pensar que los pagadores del 10-15% ni se habrán enterado de la dedución que les habrían hecho. Sangrado directo del trabajador, eso sí, mientras que nos decimos su defensor y acusamos a la empresa de explotadora (deja vu Bardemiano).

La guerra de clases es una idea del pasado. Aquí hay buenos y malos con nombres y apellidos. A los buenos hay que darles reconocimiento y ayuda; a los malos hay que perseguirlos, implacablemente y sin cansarnos de ello. A ver si llegamos a cambiar nuestro modo de pensar y valoramos el mérito, sin atajos, y de cualquier condición social.

¿Será posible desterrar la envidia de España? Me temo que la llevemos en nuestro ADN y que yo esté diciendo, una vez más, tonterías.

1 comentario:

  1. Y como Bardem es rico, qué es de los malos??? Jajajaj, ni ellos mismos son consecuentes con las tonterías que dicen...

    ResponderEliminar