domingo, 31 de marzo de 2013

Mi Modelo de Estado

Hablando de la crisis, todo el mundo se apunta a señalar lo que va mal. Se aportan datos y más datos, todos negativos, a ver quien pone el panorama más oscuro. Cuando se piden soluciones, lo que se aporta son generalidades del tipo de "hay que cambiar el modelo económico" o "hay que reactivar la economía", pero nadie dice cómo hacerlo. Supongo que es lógico: sí estuviera claro, ya se habría hecho algo.

No seré yo quien diga que sé cuál es la solución, pero pensando en ello, quisiera proponer nada menos que un nuevo modelo de Estado, y para ello haré una revisión a las principales estructuras de funcionamiento de nuestras Instituciones.

En primer lugar, y empezando por lo más alto, apuesto por la República. Creo que la Monarquía es una reliquia y que no tiene ningún sentido. No lo tiene por su propia esencia: su carácter sucesorio. Es una lotería, lo mismo te sale un Jefe del Estado con cabeza, que un descabezado, lo cual, por cierto, ha sido lo que estadística e históricamente ha pasado con mayor frecuencia en nuestro País. Pero es que, además, es injusto: en un sistema democrático en que se supone que todos somos iguales, resulta que el primer puesto no se destina al mejor, elegido por el Pueblo, sino que viene de un "derecho de sangre", como si la dinastia reinante tuviera un ADN mejor seleccionado que le hiciera ser superior al resto de "los mortales". Como dice Marisa, "si yo no heredé el trabajo de mi padre, ¿por qué éstos tienen derecho a heredarlo del suyo?"

Así pues, República. Pero no la que tendríamos en caso de que prosperase. Me temo que tendríamos, en ese caso, un sistema como el de nuestras fracasadas I y II Repúblicas, con un Presidente del Estado y un Jefe de Gobierno. El sistema Francés o Italiano. Yo pienso que esto es un error, y no por unirme a aquellos que, con no sé qué datos, dicen que esto sería más caro que mantener a la Monarquía (ya tendría que tener hijos el Presidente de esta hipotética República para igualar los gastos de la populosa -y no uso esta palabra en su acepción de proveniente del Pueblo, sino en su vertiente puramente matemática- familia real), sino porque ¿para qué queremos otra figura de cera en lo más alto de la pirámide? Lo de que sea una referencia para todos no es de recibo, cuando el Presidente sería elegido por los propios partidos políticos. No, yo prefiero una República Presidencialista, al estilo de los Estados Unidos, sin monigotes: el presidente manda, y para eso se le elije.

Nada de un sistema bicameral. Por más que esto sea lo que prevalece en la mayoría de las democracias, está demostrado que el Senado no tiene utilidad alguna. Demasiadas veces se ha deseado (y del deseo no se ha pasado) que el Senado sea un cámara de representación autonómica, y no ha funcionado, pero es que, además, ¿que significaría esto? ¿que algunas autonomías podrían paralizar o contrariar lo que decidiera el Congreso de representación Estatal? No lo compro.

Otra cuestión crítica: hay que modificar el sistema electoral y la demencial fórmula d'Hont que ahora impera, esa que en teoría favorece las mayorías, pero que al combinarse con el sistema proporcional por territorios hace que un voto en Badajoz no valga lo mismo que otro en Tarragona. ¿Por qué narices Convergència i Unió tiene 16 Diputados actualmente e Izquierda Unida sólo 10 si resulta que CiU sacó 1.014.263 votos y a IU le votaron 1.680.810 ciudadanos en las últimas Elecciones Generales? No creo que sea tan difícil: cada persona un voto, y lo demás son manipulaciones interesadas.

¿Las autonomías? Totalmente a favor. Hay que acercar el Gobierno a los ciudadanos y un Gobierno local puede estar más cerca que una mera Delegación del Gobierno. Como dice (no de manera textual) Leopoldo Abadía es su best-seller "La Crisis Ninja..." (si no lo habéis leído, os lo recomiendo), la idea de que su hijo se encargase de limpiar la piscina a cambio de un pequeño salario y de poder invitar a unos pocos amigos era buena, porque el hijo se ganaba unas perrillas y una cierta estima social entre sus colegas, y el padre ganaba el ahorrarse el trabajo y que la piscina nunca había estado tan bien cuidada. El problema surgió cuando los pocos amigos se convirtieron en poco menos que el barrio entero y la familia ya no pudo disffrutar ni de la piscina ni de la casa porque estaba infectada de "okupas" con carácter casi permanente. Pues eso, las autonomías son positivas, pero todo tiene un límite. Aunque a mis amigos y conocidos catalanes les fastidie, creo que hay que recuperar la Educación para el Estado Central, o esto se nos irá de las manos, y por supuesto debe de haber una Justicia, Hacienda, Cultura y Asuntos Exteriores centralizadas.

Esto me lleva a otro punto, éste más idealista aún que los anteriores: partidos políticos capaces de ponerse de acuerdo en varias cuestiones críticas. Basta de una nueva reforma de Educación con cada cambio de Gobierno; ¿es tan difícil que se pongan de acuerdo en una reforma que valga para todos? Basta de reformas de la Justicia hechas a la carta ¿no es la Justicia ciega y para todos? ¡póngase de acuerdo, coño, que caen en el ridículo! Basta de cambiar de política exterior ¿cómo vamos a permitirnos que nuestros principales aliados en el Mundo sean Venezuela y Ecuador, mientras que le metemos el dedo en el ojo a Estados Unidos?   

Y por último, la División de Poderes. Podemos llenarnos la boca hasta la extenuación diciendo que existe, pero no es así. No lo será hasta que el Fiscal General no sea elegido por el partido en el poder, hasta que los miembros del Tribunal Constitucional no se elijan por los propios miembros de la carrera judicial, o hasta que no se garantice (aplicando las penalizaciones que sean menester) que no hay jueces que toman decisiones influenciados por el hecho de que sean "progresistas" o "conservadores". Ha habido situaciones vergonzantes a este respecto en nuestra historia más reciente, y las sigue habiendo.

Y de aquí para abajo, habría más medidas a tomar, aunque todas ellas inspiradas por la misma visión, que, curiosamente, sería firmada por todos los que se dicen demócratas: igualdad para todos, no duplicidad de funciones entre administraciones, no inmisión del Poder Ejecutivo en los temas judiciales, etc, etc. Pero no es posible desglosar todo, así que, con la mayor humildad posible, me quedo aquí y resumo:

  • República Presidencialista Monocameral.
  • Verdadera representativad popular a través de un sistema electoral simple (una persona = un voto).
  • Un sistema autonómico que no exceda las funciones que debiera tener asignadas, con la Educación, Justicia, Hacienda y Representación Exterior en manos del Estado.
  • Partidos políticos que pacten los temás críticos estructurales: Educación, Justicia y nuestra Política Exterior, de manera que no varien al cambiar el Gobierno.
  • Una división de poderes real, con garantía de que los Poderes Ejecutivo y/o Legislativo no elijen al Poder Judicial, y éste tiene acotadas sus funciones para que no se inmiscuya en las áreas de los otros dos. 
¿Nos sacaría esto de la crisis? Es posible que no de una manera inmediata, pero se trata de tener la mejor maquinaría posible para que el País funcione, y para mí esto es un buen modelo (claro, que es el mío, y si yo no estoy de acuerdo comnmigo mismo, ¿quién lo estará?).

lunes, 4 de marzo de 2013

La Prensa o el Cuponazo

Resulta que mi padre y mi hermano mayor son periodistas, especializados en prensa deportiva. Y ahora Estibaliz, mi hija mayor, está cerca de terminar su carrera de periodismo. Así pues, lo del periodismo me queda cerca, y se me ha ocurrido pensar en ello.

Recuerdo ir con mi padre a ver algún partido de fútbol o de otro deporte. Durante el juego, mi padre nunca celebraba los goles de ninguno de los equipos, cualquiera que fuera, y luego en la rueda de prensa, a la que también me llevaba, tanto él como sus compañeros de profesión hacían las preguntas sin tomar partido. Por fin, en las crónicas, contaba lo que había visto y raramente se decantaba por si una jugada´crítica había sido bien o mal pitada; sólamente reseñaba que había sido polémica, que el público había protestado, etc.

Durante mucho tiempo pensé que simplemente no era de ningún equipo...aunque luego he sabido que sí que lo es (aunque si se lo preguntara ahora, seguro que lo negaría).

En el caso de mi hermano, aunque no he ido con él a ver ningún evento, estoy seguro de que actúa igual.

Los periodistas que se llevan ahora son distintos. Se exaltan con el juego de "su" equipo sin pudor, y en antena o en la rueda de prensa dicen cosas como "hemos jugado bien" o "nos han pitado un penalti". Toman partido y, lo que es más, interpretan las polémicas desde su prisma partidista, dejando la objetividad de lado.

Esta actitud se justifica de muchas maneras: los otros (los del equipo contrario) hacen lo mismo, el deporte es pasión, esto es lo que vende, etc, etc. Y es verdad, esto es lo que vende. De hecho, el ser lo suficientemente honesto como para decir que no se tienen elementos suficientes para opinar sobre un lance concreto, o que incluso el equipo contrario tiene razón, no solo no vende, sino que posiblemente sea causa de preaviso de despido.

Adaptarse o morir...solo hay que sacrificar la esencia de eso que llaman en el argot periodístico "la profesión",pero ¿a quién le importa mientras que se medre? Es más, sé radical y entonces te llevarán a los debates de la tele como experto en la materia.

En la prensa del corazón es lo mismo: hay "belen estebanistas", y también hay "mila ximenezistas" enfrentadas a "carmele marchantistas". Y además, a muerte y para siempre, es decir, hasta el próximo programa, en que puede convenir cambiar de bando.

Desgraciadamente, en la prensa "seria" ocurre lo mismo. ¿Acaso no se compran los periódicos o se sintonizan los canales en función de lo que sabemos que nos van contar de antemano? Son prensa de derechas o de izquierdas. Del PP o del PSOE, y algunas de más allá. Eso implica que cualquier suceso que se convierte en noticia es interpretado de manera totalmente diferente por los de un lado y por los del otro. ¡Si parece que hablan de cosas distintas! Y como además (exactamente como en el caso de lo que estos "serios periodistas" llaman "telebasura") la vida da vueltas, pues resulta que los de un lado, que criticaban a los del otro por hacer algo que se considera el acabóse de la sinvergonzonería, cuando los del lado propio hacen exactamente lo mismo, entonces lo justifican. Es en ese momento cuando los del otro lado se lo recuerdan, pero aquellos aducen "no es lo mismo", y así en un sin parar, porque a ambas partes les ocurre cíclicamente lo mismo.

Me parece vergonzoso ver como se "informa" en Telemadrid y en La Sexta. Cada uno por su lado, pero en ambos casos llegando hasta el ridículo. Eso sí, muy seriamente, y sin partirse de risa mientras se introduce un vídeo en el que se saca de contexto aquello de lo que se habla. ¿No es notable que cuando se le pone el micrófono a la gente de la calle, resulte que "el Pueblo" que sale representado en Telemadrid opina en bloque conforme a la línea editorial de la cadena, y que ocurra lo mismo , pero obviamente con el sesgo ideológico contrario, cuando el micrófono es de La Sexta? Y el/la presentador/a de turno pone el colofón: "como hemos podido comprobar al pulsar la opinión de la calle..." ¡pero si han salido cuatro personas! ¡Estadística, por favor!¡muestras representativas!

Yo, que me estoy haciendo mayor, creo en valores como la honestidad y en tener la conciencia tranquila. Por eso, a Estibaliz le hago un flaco favor y le digo que no tome partido en su profesión, no porque no pueda (en su vida privada que sea apasionada de una causa), sino porque su profesión consistirá en informar a todos, y no solo a los "suyos".

Si se coje a cualquiera de estos partidistas "periodistas" que nos rodean y se le pregunta ¿en qué consiste tu profesión?. Apuesto a que todos al unísono dirían "en informar". Y si se les apura, se les conseguirá sacar aquello de "informar de una manera veraz e independiente". La teoría se la saben, pero la realidad es que yo no veo ningún medio veraz y/o independiente. Todos son de un equipo o de otro, de una Mila o de una Carmele, de un partido o del contrario, y no cuentan la verdad sino que nos cantan sus verdades, y no son independientes, sino que cacarean las consignas que su medio de comunicación establece o la que ellos creen que está bien vista.

Estibaliz, si ya es difícil encontrar un trabajo ahora en el periodismo, fíjate que tu padre todavía pretende que lo encuentres y que lo mantengas siendo honesta y no alineándote con tu empleador, sino haciendo eso tan revolucionario que es informar de una manera veraz e independiente. ¡Estás perdida! No queda opción...o si: seguiremos comprando el Cuponazo.