sábado, 16 de noviembre de 2013

Las Capas de la Cebolla

No pretendo dar recetas acerca de cómo triunfar, cómo ser feliz o cómo adelgazar. De hecho, tildo de "nuevos charlatanes" a la pléyade de "expertos" que surjen como setas y que dan clases de "coaching", "mentoring" y otras vainas por el estilo. Yo no creo en ello.

Y a pesar de esto voy a sentar cátedra sobre la manera en que conseguimos llegar a no ser felices.

Vaya por delante que es un pensamiento ligero, y no fruto de un elaborado proceso mental.

Simplemente estaba esperando a mi hija Estíbaliz para llevarla a casa y, mientras la esperaba, salió una persona cojeando de la empresa Ogilvy, una Agencia de Publicidad y Relaciones Públicas, donde ella estaría loca por trabajar. Entonces pensé aquello de "¡qué suerte tiene!", pero, claro, luego también pensé en su cojera, y eso me llevó a un pensamiento algo tonto: la jerarquía de la importancia de las cosas que te hacen ser feliz.

Esta es mi jerarquía:

  1. Que todos los tuyos estén bien.
  2. Que uno mismo esté bien de salud.
  3. Que no haya amenazas inminentes de que la salud de ninguno de tus seres queridos, o de mi mismo, corra riesgo.
  4. Estar con los que quieres.
  5. Que todos, los tuyos y yo mismo, tengamos nuestras necesidades cubiertas.
  6. Que no haya amenazas inminentes sobre la base de nuestro sustento económico.
  7. Que haya armonia en la familia, sin disputas (más allá de las comunes) ni tensiones.
Y a partir de aquí, lo demás es "de regalo". Lo de arriba son las necesidades "básicas", y ésa es la cuestión, que teniéndolas cubiertas, muchas veces nos empeñamos en no valorarlo suficientemente, y pedimos más. Y ese más que pedimos incluye cuestiones como:

  1. Estar a gusto en el trabajo.
  2. Tener expectativas de futuro, para tí y los tuyos.
  3. Podernos dar algunos lujos de vez en cuando.
  4. Que no se vuelvan a romper los cajones de la habitación de Héctor, que ya hemos arreglado mil veces.
  5. Otros miles de etcéteras tan tontos como el del punto anterior.
Pues bien, la cuestión es que nos empeñamos en no estar felices a menos que los puntos básicos Y los puntos de regalo estén todos a nuestro gusto y, claro, eso es realmente difícil.

En la película "Mientras Dormías" el protagonista (Peter Gallagher) habla con su padre al desayunar juntos, y el padre, que se siente feliz, dice algo así como "qué raros son los momentos en que todo parece estar en orden y podemos disfrutar", a lo que el hijo responde "Si. Éste no es ese de unos momentos, Papá" y a continuación le comunica su intención de no seguir con el negocio familiar (uno de los miles de puntos de regalo que podría haber estado en mi lista).

Defiendo que para ser feliz hay que tener cierta capacidad para serlo. Es más, también defiendo (y en esto seguro que no todos están de acuerdo) que hay gente que es feliz no siéndolo, es decir, quejándose todo el rato y minusvalorando lo que tienen para centrar toda la atención en loq ue, a su juicio, les falta.

Yo siempre he tenido una gran capacidad para ser feliz. Recuerdo que un día en el colegio (posiblemente con 15 ó 16 años), mi amigo Mario me espetó "Jóder, a tí es que te gusta todo lo que tienes" y yo, que me quedé un poco sorprendido porque lo decía como un reproche, sólo pude contestar "Pues sí, la verdad es que sí".

No es que haya perdido esta capacidad (¿o quizás debería decir cualidad?), pero las cosas se van enrredando y en el día a día lo que tienes en la cabeza son las cosas menores: el que Estíbaliz busca trabajo, que me van a poner un implante dental que cuesta un huevo, que los puñeteros cajones de Héctor se han vuelto a romper, y qué se yo. Por eso, en un momento dado, como este mismo en que me pongo a escribir, conviene pararse un poco y pensar "¿pero por qué me quejo?"

Mira que hay veces que Marisa y yo nos hemos dicho el uno al otro "somos muy afortunados", y vaya si lo somos. Hemos pelado las peores capas de la cebolla y lo hemos hecho juntos. Ahora sólo queda cortarla y comérnosla, y no importa si las capas de dentro, las menos malas, nos hacen llorar los ojos, porque esas lágrimas no son de pena, sino cosas naturales, cosas que pasan, así que te las secas, echas la cebolla a la ensalada, y a cenar.

A veces pienso que no merece la pena seguir comprando el Cuponazo. A mí ya me tocó la gran lotería, así que posiblemente ya no merezca más. 

domingo, 29 de septiembre de 2013

La Decisión del COI. Falsedades por Todas Partes

Ya han pasado unas semanas desde que el COI decidiera adjudicar los Juegos Olímpicos del año 2020 a Tokio, en detrimento de Madrid y de Estambul. Ya no es actualidad, y sin embargo he decidido escribir sobre ello ahora porque a mí todavía me pica. Y mucho.

Considero que entorno a esta decisión se han producido una serie de falsedades, mentiras y miserias. Posiblemente en buena parte porque yo, personalmente, estaba entusiasmado con la posibilidad de que mi ciudad albergara unos Juegos Olímpicos, de manera que, aunque ponga cierto esfuerzo (no mucho) en tratar de ser objetivo, no logro serlo, y caigo en lo que queda después de ello: el resquemor.

Por ir al grano, a continuación resumo los "puntos negros" que veo asociados a todo este proceso:

  1. El COI "amonestó" a Tokio por incluir en su dossier de candidatura la mención a que tenían pasta por un tubo, aduciendo que este tema no debía mencionarse al ser ajeno al espíritu olímpico. Sin embargo ¿quién negara que éste ha sido el principal elemento que ha inclinado la balanza a favor de la ciudad japonesa?
  2. Madrid fue muy bien evaluada tanto en su dossier de candidatura, como en la visita de los representantes del COI a las tres ciudades candidatas, y en las presentaciones hechas tanto en San Petersburgo el 30 de mayo de 2013 como en el propio Buenos Aires antes de la votación final del COI. ¿Para qué valió tanta buena evaluación?
  3. Si, como se ha dicho a posteriori, los problemas de Madrid 2020 estaban relacionadas con las cuestiones de la crisis económica y del dopaje, ¿es que nadie lo sabía? ¿los miembros del COI nunca dieron comentarios al respecto en las famosas evaluaciones previas? De poco hubiera servido, porque no son problemas que se puedan arreglar en el transcurso de la fase de candidatura, pero no me parece serio decirlo como justificación de los votos emitidos.
  4. Tokio albergó los Juegos Olímpicos de 1964. Entre 1964 y 2020 van 56 años. Quiere ello decir que un ciudadano Tokiota que tuviera más de 10 años (permítaseme la licencia de considerar, arbitrariamente, esa edad como la mínima a partir de la cual un niño puede emocionarse al ver un evento de este tipo en directo en su ciudad) en el 64, y que esté vivo en el 2020, va a poder disfrutar de dos eventos olímpicos en su urbe. Un Tokiota 2 - un madrileño 0. ¿por qué no se considera esto como un factor a la hora de decidir, tratando de "repartir juego" entre los ciudadanos del mundo?
  5. Madrid 2020 tenía como principal enfoque el ser los "Juegos de la Austeridad" y solicitaba el voto enfatizando que de este manera el COI ayudaría a la sociedad española en su economía, y a la juventud del país, al darle un aliciente en tiempos en que se han pasado por momentos en que la moral está baja. ¿por donde se han pasado los miembros del COI estos argumentos?
  6. Se ha dicho que los representantes de países europeos, principalmente franceses, italianos y alemanes (incluyendo sus "satélites") votaron en contra de Madrid para que así un país europeo (por supuesto, cada uno pensando en el suyo propio) tenga más probabilidades para ganar los Juegos de 2024. Si esto fuera así ¿han entendido estos señores alguna vez esto que nos han vendido y que llaman "espíritu olímpico", "juego límpio" y "que gane el mejor"?
  7. Y, por último (y, como excepción, no en referencia a los miembros del COI, como todos los puntos anteriores), el diario El Mundo publicó 3 días antes de la votación final que "50 de los 98 miembros del COI han prometido votar a Madrid", aclarando luego que "la candidatura española tendría al menos 40 votos en la primera vuelta" y que "de las 50 adhesiones, habría que contar con un 20% de deserciones". Los votos de Madrid en la primera vuelta fueron 26. ¿cómo se pueden publicar estas cosas alegremente? ¿alguien ha oido a algún representante de El Mundo disculparse? Por mi parte, desde luego, después de ésta, me planteo si todas las revelaciones que hace este diario sobre los temas más candentes en cada momento tienen la misma fiabilidad.
En resumen, jodido aún tres semanas después de nefasto 7 de septiembre, concluyo lo siguiente:

  1. A los miembros del COI les importa un higo las virtudes de las ciudades candidatas, y lo que realmente les guía es quien pone más pasta encima de la mesa, y sus propios miserables intereses para barrer para casa. Por ello, las ciudades olímpicas repiten, o bien se eligen al albor de los equilibrios políticos del momento (léase Pekin o Río de janeiro por ser economias emergentes, o la misma Barcelona por estar Juan Antonio Samaranch en el machito en aquel tiempo). Si hay alguien que va en contra del espíritu que visionó el baron de Coubertin, esos son los miembros del COI.
  2. No creo que vea unos Juegos Olímpicos en Madrid en mi vida. No somos una economía con la suficiente importancia en el mundo, y a menos que pongamos a otro españolito en la presidencia del máximo organismo olímpico, serán Londres, París, Berlin, o ciudades americanas, rusas, chinas o japonesas, junto con las de algún país que de pronto destaque económicamente, las que se perpetuarán en las distintas elecciones que se vayan celebrando.
Quisiera poder decir "pues que les den y a otra cosa", pero lo cierto es que no puedo aparentar que no me importa. Si que me importa, y me parece injusto, arbitrario y profundamente inmoral.   

domingo, 4 de agosto de 2013

El Dilema

En los días laborables leo el Diario Expansión, por estar informado de cómo le va a empresas con cuyos representantes medioambientales puede ser que entre en contacto, o por identificar nuevas oportunidades de negocio para mi empresa.

Cada día leo los titulares de El Mundo en internet, y ocasionalmente los de El País.

Cuando no es verano, me gusta escuchar el programa "La Brújula", de OndaCero, y su tertulia económica y política.

Prefiero los telediarios de TVE-1, aunque de vez en cuando veo los de TeleMadrid y los de La Sexta, que empiezan antes.

Y con estas herramientas, me formo mi opinión.

En el momento actual, me planteo un dilema respecto a la situación de España: por una parte está la cuestión ética relacionada con los temas de corrupción, y por otro lado está la evolución de la situación política y, sobre todo, la económica.

Mi dilema consiste en que creo que se están haciendo cosas desde el Gobierno que, aparentemente, van en la buena dirección, al tiempo que sobre el mismo Gobierno planea una larga sombra de actuaciones moralmente reprobables (aunque, como en todos los casos sin excepción -desde el caso Urdangarín hasta los EREs de Andalucía- creo que hay que esperar hasta que haya una sentencia firme, en vez de someter al encausado, el que sea, al juicio popular), de manera que lo que me pregunto es: ¿debería dimitir el Gobierno y convocar nuevas elecciones generales?

Lo cierto es que en otras condiciones probablemente me respondería que sí, porque la mera sospecha de corrupción daña al país, y ya se sabe que, como la mujer del César, no sólo se debe ser honesto, sino también parecerlo. Pero es que justamente ahora, entiendo que hay que pensar muy bien cualquier paso que se dé. En otras palabras, si realmente hubiera ahora unas elecciones generales, ¿qué podría pasar?

Las respuestas son dos: podría ganar otra vez el PP por mayoría absoluta (supongo que, en este escenario, tendría que ser con un nuevo líder) y seguir la política que se está haciendo actualmente (¿hasta qué punto esta política depende el partido o del líder del mismo?), o podría no hacerlo, en cuyo caso, probablemente volvería el PSOE al poder, seguramente con el apoyo de IU y/o de UPyD.

Esta segunda posibilidad me parece, cuanto menos, impregnada de incertidumbre, porque de materializarse, ¿qué haría el nuevo Gobierno? ¿volvería a la política "social" consistente en gastarse el dinero que no tiene, negando la crisis, y abocándonos a más años de zozobra?. De hecho ¿cuál sería la política del PSOE, encima escorado a la izquierda por los apoyos que necesitaría? Si les entiendo bien, de momento lo que harían sería subir los impuestos (¡¿aun más?!), haciendo hincapié en subírselos a las clases más adineradas (léase las grandes empresas), quienes no estarían muy felices de invertir en España, justo en el momento en que lo que necesitamos es eso: inversión.

Como gato escaldado, veo con recelo la posibilidad de que el esfuerzo que ya se ha hecho se tire por la borda, en pos de grandes lemas y una, para mí, clara escasez de ideas de Estado. Creo que está bien que el PSOE gobierne cuando la situación es buena, porque la alternancia es sana y sus conceptos "buenistas" contrapesan el concepto del PP de que el único motor de avance es el empresariado, olvidándose de los trabajadores. Pero dudo que el Partido Socialista sepa manejarse en situaciones de crisis que exigen pedir a todos (y no sólo a las grandes fortunas) esfuerzos dolorosos.

Por lo tanto, desde un punto de vista práctico, creo que es mejor que el PP siga gobernando hasta que estemos en una situación más desahogada. Sé que habrá quién diga, "desahogada ¿para quién?, ¿para los grandes empresarios?, porque los empleados de esas empresas y las PYMES las están pasando canutas". Hace poco en un reportaje de La Sexta venían a decir que los mileuristas son personajes del pasado, porque ahora lo que abundan son los sueldos de 600 o 700 euros (y el FMI dándole que te pego, pidiendo rebajas en los salarios...desde sus poltronas).

Pero lo cierto es que ya no estamos amenazados por el rescate europeo, que la prima de riesgo ronda los 300 puntos básicos, en vez de los 600, y que el PIB marca una buena tendencia que, según los mismos observadores nacionales e internacionales que auguraban unos números catastróficos para cualquiera que fuera el horizonte temporal considerado, ahora parece que en pocos trimestres abandonará los dígitos rojos.

Por supuesto que esto no ha hecho al PP los más populares (valga la redundancia), pero es que cuando se les votó hace 2 años era para que nos sacaran del agujero haciendo los esfuerzos que fueran necesarios, y esto es lo que se viene haciendo. ¿O es que alguien pensaba que se podía salir de la crisis sin sacrificar parte del estado de bienestar?

Moraleja: creo que, bien que mal y con los matices y casos particulares que se quieran poner (y que de antemano acepto), la política económica que se ha venido haciendo era la que había que hacer, y es más, creo que es la que se debe seguir haciendo, porque la alternativa era un agujero negro lleno de eslóganes vacíos y de realidades de pobreza. Por ello, la posibilidad de cambiar ahora de política me parece un error y, en consecuencia, no creo que sea buena idea convocar elecciones generales.

Como sí me parece que desde el punto de vista ético (creo que esto que se dice de que en otros países ya se habrían producido dimisiones, es cierto), sí debería haber elecciones generales, tengo este dilema.

¿Y la solución? pues para mí debería estar en la Oposición. Si los partidos de la Oposición me dieran una mínima fiabilidad, diría, adelante. Pero no es el caso, y las últimas encuestas parecen apoyar esta opinión (¿hasta donde podrá caer el PSOE antes de ofrecer una alternativa en que se pueda confiar?), con lo que me quedo en mi dilema, sin resolver.

Es lo que tienen los dilemas. Si hubiera una solución clara, dejarían de serlo.          

miércoles, 3 de julio de 2013

El Liderazgo

Lo que me ha motivado a escribir este blog ha sido un artículo que leí hace unas semanas en el periódico Expansión. Era una entrevista con Pilar Aurrecoechea, Directora General de Mastercard Iberia, en la que se ponía en boca de la Directiva un discurso de somos un equipo (ra, ra, ra), delego un montón, etc, etc, para a continuación, en apenas la misma línea del reportaje, decir (refiriendose a su personal) "Han de traer sus resultados al 150%. Soy exigente conmigo misma y a ellos les exijo lo mismo".

Al leerlo, incluso de corrido, me rechinó, y luego pensándolo detenidamente llegue a una conclusión muy pensada: ¡menuda gilipollez!

En primer lugar, si se van a exigir que los resultados se cumplan al 150% ¿por qué no fijar esos números correspondientes al 150% como el objetivo a cumplir? Si le dices a alguien "tienes que comercializar 1.000 tarjetas" y cuando vuelve con las 1.000 tarjetas le dices que no ha cumplido satisfactoriamente, porque se esperaban 1.500 tarjetas ¿qué mensaje estás dando? Pues, esencialmente, que nunca será suficiente, que el objetivo real es distinto a lo que has dicho y que hoy será el 150% y mañana, cuando tengas las 1.500 tarjetas, de pronto te dirán que no, que mejor 1.600 y que sigues sin cumplir. ¿es tan difícil establecer un objetivo y mantenerlo como un valor de referencia claro y transparente?

Y luego lo de la exigencia propia y ajena. Eso es un puro camelo. No es así, y por mucho que esta señora vaya de buenísima, no cuela. Si ella mete la pata y se dice a sí misma "soy una inutil" ¿es eso comparable a que alguien de su equipo meta la pata y su jefa le suelte "eres un/a inútil"? Me mondo (por no decir una grosería) con los exigentes. Los que así se autodenominan son los que creen que sólo ellos tienen la razón y que si ellos no hacen tal cosa, nunca saldrá bien. Son los que siempre tienen en mente el por qué algo no les ha salido bien, pero también los que no están dispuestos a siquiera escuchar las razones que otros les cuentan de por qué algo ha salido mal. "Excusas", piensan en su interior.

Recuerdo un partido de baloncesto juvenil. Mi hermano Ricardo era el entrenador de uno de los equipos y mientras él se mantenía tranquilo y solo alzaba la voz para aplaudir una jugada o para corregir con frases como "venga, muy bien, pero no vuelvas a hacer eso", el entrenador del otro equipo era un basilisco, vaya, un exigente. No recuerdo quien ganó aquel partido, pero sí recuerdo que al final los del equipo contrario se fueron cada uno por su lado, y yo me fuí con todos los del equipo de mi hermano a tomar un aperitivo.

No digo con esto que no se deba alzar la voz de vez en cuando y pedir resultados, o tomar medidas claras que, a veces incluso, sean dramáticas (como despedir a alguien), pero sé que la exigencia continua, desde el altar en que algunos se sitúan, sólo lleva al nerviosismo y a lo contrario de lo que yo entiendo como "crear equipo".

Hace poco me contaron el caso de un jerifalte de una gran multinacional que tenía la costumbre de, ocasionalmente, hacer un viaje para visitar a algún directivo de una de sus delegaciones. Cuando le recogían en el aeropuerto, el directivo, que ya debía ir acojonado, empezaba a comentar sobre los resultados de la última campaña, etc, etc, y entonces el gran jefe le cortaba y le decía: "no he hecho tantísimos kilómetros para hablar sobre los resultados de la última campaña, eso ya lo hablamos en las videoconferencias periódicas que tenemos. He volado hasta aquí para pasar un rato contigo y para que hablemos de otras cosas de las que no hablamos frecuentemente, cuéntame, qué tal tu familia..." Eso es un líder.

Leí otra entrevista a otra ejecutiva española un par de días después de la de la Directora General de Mastercard, en el mismo diario. Entrevistaban a Marieta del Rivero, Responsable de Marketing Mundial del Grupo Telefónica. En ésta me llamó la atención dos cosas: una, que se decía de ella que "iba sembrando buen rollo", y otra, que conseguía que la gente que trabajaba para ella fuera ascendiendo. El título del artículo era "Marieta del Rivero hace que las cosas pasen". Es decir, con este buen rollo y tratando a su gente como a colaboradores de verdad, dándoles responsabilidad y confianza, ¡consigue resultados! La Señora del Rivero es una líder de verdad.

El problema de este esquema de funcionamiento es que todo el mundo lo tiene muy claro, pero creo que son relativamente pocos los que consiguen aplicarlo. Los "gurús" (el entrecomillado señala mi intención sarcástica) del coaching, el teaming y demás "ing" postmodernista y granbuenísimo, nos agotan insistiendo en que hay que aplicar la empatía, hacer equipo, emplear tiempo en compartirlo con los colaboladores, etc, etc. Yo tuve un profesor de "esto" en mi reciente MBA y todas las clases iban de predicar el compañerismo jefe-empleado, el juicio justo, y demás. Hasta que en uno de los debates de la clase se me ocurrió llevarle la contraria en no me acuerdo qué. Saqué un mísero aprobado, y eso que había sido de los más participativos en sus clases (lo que constituía, en teoría, el 75% de la nota final). Moraleja, este "profesor" no buscaba el debate enriquecedor, sino "su" debate prefijado. Profeta de buen manager y realidad de dictador de ideas.

Hablando de "gurús", creo que el paradigma de líder es uno que está a punto de morir: Nelson Mandela. Mi admiración por él es infinita. Creo que es un líder mundial a nivel histórico, sólo comparable con otros pocos como Gandhi, por ejemplo. En ambos casos el liderazgo estaba basado en el convencimiento propio y en la suma voluntaria de los demás. Sin estridencias. Sólo con el ejemplo personal.

En una cena de navidad recibí un halago que, como dicen los americanos "me hizo el día": un antiguo empleado de mi departamento me dijo algo así como "tengo un jefe estupendo, es como tú, cuando meto la pata en vez de montarme un número, me lo hace ver con mucha calma y me dice, pero no pasa nada, vamos a arreglarlo".  No soy un ejemplo de nada, pero tengo claro que prefiero ser el entrenador que aplaude y se va a tomar el aperitivo con "sus" chicos antes que el ganador iracundo que no llega ni a despedirse de sus subalternos cuando se acaba el partido.


domingo, 9 de junio de 2013

Mis Libros

Ahora que se acerca el verano, que ya está casi aquí, voy a cambiar el chip. En vez de hablar tanto de política o de economía, voy a contaros cuales han sido mis libros favoritos.

Creo que el primer libro que realmente me atrapó fue "Cien Años de Soledad", de Gabriel García Márquez. Antes había leído cosas interesantes, probablemente influenciado por mi hermano José, autentico devorador de ciencia ficción, como la trilogía de "Fundación", "Fundación e Imperio" y "Segunda Fundación", de Isaac Asimov. Muy ameno y con mensaje, como es típico de Asimov, pero los "Cien Años" fue otra cosa: por primera vez me metí dentro de la novela, y me sumergía en el ámbiente sórdido y tropical de Macondo, de manera que recuerdo que tenía auténtica ansia de llegar a casa para seguir leyendo.

Luego, seguí con otros de García Márquez, como "El Coronel no tiene quien le Escriba", "La Hojarasca" ó "El Otoño del Patriarca", y ello me llevó al fantástico mundo del Realismo Mágico. Me apasiona, y os recomiendo, Mario Vargar Llosa, y en particular "Pantaleón y las Visitadoras", "La Guerra del Fin del Mundo" ó "La Ciudad y los Perros", y también la que posiblemente es la obra cumbre de este Realismo Mágico: el "Pedro Páramo", de Juan Rulfo. En esta misma línea, Isabel Allende simplemente te absorbe con sus novelas. "La casa de los Espíritus" es sublime, y "La Ciudad de las Bestias" está bien.

Pero no todo es literatura latinoamericana. Pearl. S. Buck fue un puente, con sus obras ambientadas en China: "Viento del Este, Viento del Oeste" ó "La Madre", y otras que suceden fuera de China, como "Otros Dioses".

Una vez en esta carrera, dí saltos que me llevaron a obras tan "fuertes" como "Las Uvas de las Ira", de John Steinbeck, ó "Santuario" de William Faulkner. La primera, sobre todo, es tremenda. ¡Qué calor llegué a pasar en pleno invierno al leer el éxodo de una familia de granjeros americanos, arruinados en plena recesión tras el crack del 29, deambulando por los caminos polvorientos del tórrido verano sureño, desde Oklahoma hasta California.

Y claro, ya en esa dinámica, uno se va complicando y llega hasta lo más ...complicado: la literatura alemana. Pudé con "La Montaña Mágica", de Thomas Mann, y la considero una obra maestra, y me parecen simplemente sensacionales varias obras de Hemann Hesse, como "Demian", "Siddhartha" ó "El Lobo Solitario", pero confieso que me superó "El Tambor de Hojalata", de Günter Grass. No sólo es un ladrillo intragable, sino que es infantiloide y desesperante. Sólo equiparable con "La Divina Comedia", de Dante Alighieri, con la que me atreví, y con la que fracasé. Demasiado para mí. En fin, que todavía tengo por ahí el famoso Tambor, que por cierto un día de éstos debería devolver a mi hermana María.

Total, que necesitaba aire, es decir, algo más llevadero, y acudí a obras ligeras, pero interesantes, como las de Matilde Asensi, con "El Último Catón" ó "Iacobus", las de Ken Follet, con la maravillosa "Los Pilares de la Tierra" y "Un Mundo sin Fín", ó las de Dan Brown, con "El Código Da Vinci" y "Ángeles y Demonios".

Enganchado en esta línea de best sellers, "La Catedral del Mar", de Ildefonso Falcones, "La Sombra del Viento", de Carlos Ruiz Zafón, la trilogía de Millenium, de Stieg Larsson ó "El Tiempo entre Costuras", de María Dueñas, sirven para pasar ratos entretenidos.

Más de actualidad, os recomiendo a dos autoras que ambientan sus obras en nuestras antípodas: Kate Morton, con su notable "El Jardín Olvidado", y Sara Lark, con su trilogía genial de "En el País de la Nube Blanca", "La Canción de los Maoríes" y "El Grito de la Tierra", que seá el próximo que lea, cuando acabe el segundo de la saga.

No son muchos libros preferidos para un período de aproximadamente 30 años, pero es que entre medio he leído algunas cosillas de ese hobby que tengo, la historia española, pero eso es otra idem.

Y para terminar, algunos otros libros que me han gustado y recomiendo, y otros que me han decepcionado, y que también consigno para no recomendarlos:

Entre los recomendables, sin duda, "El Principito, de Antoine Saint-Exupéry, "La Sonrisa Etrusca", de José Luis Sampedro, "Mazurca para dos Muertos", del impresentable Camilo José Cela, "Los Hijos de la Luz", de César Vidal, y el "Confieso que he Vivido", que sin ser novela me ha atrapado al menos dos veces. Incluso un libro de viajes: "El Gran Bazar del Ferrocarril", de Paul Theroux, y algún Shakespeare que, para los que no lo hayáis probado, entra muy fácilmente.

Entre los que he llegado a detestar destacan "Wilt" de Tom Sharpe (que precisamente murió esta semana, aunque no habrá sido por escribir tal bodrio), "El Túnel", de Ernesto Sábato, y mención epsecial para "La canción de Dorotea", de Rosa Regas. ¿Pero como le pudieron dar el premio Planeta a tal ladrillo?.

Y para finalizar dos cositas:

Primero que conste que el objetivo de este blog no es presumir de nada, sino saros de pensar aquello de "pues a mí el que más me ha gustado es ..." Como lo de poner comentarios en el blog es harto dificil, os invito a que me enviéis emails y en el próximo post hago una addenda con ello (a ver si "me mudo" a una web en que sea fácil dar comentarios...)

Y segundo, ya que esto va de libros, me permito incluir una dedicatoria: éste va por mi madre, que sé que me estará leyendo.  


sábado, 4 de mayo de 2013

Los Demócratas

Me han llamado la atención dos noticias recientes, de dos personajes distintos.

En Venezuela, el Ministro de Vivienda dijo A mi me importa y se los digo con toda claridad, me importa en absoluto lo que dicen las normas laborales”, “nadie venga a hablar mal de la revolución, que nadie venga a criticar a Nicolás (Maduro) o a hablar mal del comandante” “Quien quiera ser militante de Voluntad Popular, de ese partido fascista de Leopoldo López, que renuncie, porque si no renuncia yo mismo lo voy a botar”

Por su parte, en el periódico El Mundo del pasado 29 de abril se incluía un titular que decía "Mas reclama al Estado un talante más democrático ante la petición de soberanía"

Lo que me sorprende de ambas noticias es la utilización de la democracia como arma arrojadiza.

El ministro venezolano se atreve a llamar fascista a los seguidores de un partido (que desconozco y que no sé que ideales tiene) al tiempo que esgrime la actitud más autoritaria para clamar que a quien siga a ese partido lo va a botar. Estaba hablando a funcionarios del Estado Venezolano, y con lo de botar quería decir despedir. Dime de qué acusas a tu adversario y te diré de qué careces. Claro que, al fin y al cabo, no hace más que seguir la línea de su partido, que no hace más que amenazar a su principal rival, Henrique Capriles, con meterle en la cárcel con la excusa de que promovió los desórdenes que se produjeron tras las elecciones. ¿Puede concebirse que aquí, en España, se insinue siquiera con algo semejante al jefe de la oposición? ¿o en cualquier otra democracia real?

Por su parte, Artur Mas apela a la democracia para apoyar sus ideas independentistas. Pero tiene un error de concepto: la democracia no consiste en preguntar a una población (por cierto, la que más convenga al Señor Mas que está dispuesto a que voten los mayores de 16 años, que no están habilitados para conducir un coche pero que, según su criterio, sí pueden participar en una cuestión tan capital como ésta) lo que al político de turno se le antoje; la democracia empieza por cumplir con la legislación vigente, la cual emana del Parlamento, constituido por los representantes elegidos por el Pueblo. El saltarse esa legislación no es democrático, sino que es propio de una república bananera. Sin embargo, al Señor Mas le parece bien si ello conviene a sus intereses. Claro que, al fin y al cabo, no hace más que seguir la línea de su Gobierno, que declara abiertamente que no está dispuesto a cumplir con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga a introducir el castellano en las aulas donde esté escolarizado el alumno cuyos padres hayan solicitado por vía judicial la atención en castellano.

¿Estoy comparando al régimen venezolano con el Gobierno Catalán? Pues sí, por supuesto que sí. Ambos gobiernos han sido elegidos democráticamente (esto es discutible en el caso venezolano, por aquello del no-recuento de votos, pero bueno, asumamos que sea así) y, una vez constituidos, ambos gobiernos se sienten legitimados para pasarse el marco legal y las normas escritas y no escritas del funcionamiento democrático por el forro de sus conveniencias propias.

Alguna vez he oído a algún politicastro (dicho con tono despectivo) asegurar que el suyo es el partido más democrático del país. Esta mera afirmación conlleva la consideración de que los otros partidos lo son menos y, por tanto, ilustra precisamente la falta de talante democrático del personaje. ¿Cual es el partido más democrático? aquél que reconoce al rival político el derecho a defender sus ideas, por más que sean opuestas a las propias. No diga el juez que soy el más justo, porque implica que los otros jueces lo son menos.

Me admira la capacidad de todos los políticos para alinearse a favor de su partido y en contra de los demás. Dá igual el tema, los partidos de un lado diran blanco y los del otro dirán negro, y en cada lado los acólitos defenderán la postura propia sin desviarse un milímetro. Por eso yo no podría ser político, ni aún tertuliano, porque tengo el defecto de que me parece bien lo que dicen unos sobre una cosa y bien también lo que dicen los otros sobre otra cosa distinta. Y más cuando a veces tengo la sensación de que cuando surje un tema nuevo los de un lado están a la expectativa de lo que dicen los del otro lado sólo para poder formarse una opinión propia, la contraria por supuesto.

¿No se dan cuenta nuestras mentes rectoras que si alguna vez dijeran "me he equivocado", o incluso "en este tema el partido contrario tiene razón", ganarían puntos?

Pero volvamos al Señor Mas, que nos queda más cerca que Venezuela. Hay una cuestión que yo me planteo: asumamos que se celebrara su referendum, y que fuera legal, y que ganara la opción independentista, y que Cataluña se independizara. ¿Sería este señor tan democrático como para segregar aquellas poblaciones en que venciera la opción de quedarse con España? ¿Y lo suficiente para aceptar un referendum similar en parte de su territorio si éste se quisiera independizar (el valle de Arán, por ejemplo? ¿Y para organizar otro referendum similar X años después si es que las cosas no van bien (los expertos vaticinan que se produciría una bajada significativa del nivel de vida en Cataluña en el corto plazo) y se planteara el volver a unirse a España? Yo, personalmente, lo dudo, y como quiero ser consecuente con mis creencias, no me queda más remedio que llegar a una conclusión: el Señor Artur Mas no es un demócrata. No lo es en el momento actual porque no acepta las reglas que todos nos hemos dado a nosotros mismos (nótese que el Tribunal que falló la sentencia sobre la enseñanza en castellano no está en Madrid, sino que es la máxima instancia judicial en la propia Cataluña), y porque dudo que aplicara las mismas líneas de pensamiento en el futuro, si es que éstas no fueran acordes con lo que él piensa.

La democracia del Señor Mas consiste en que todo vale si se ajusta a su pensamiento único, y lo que no lo hace es que es una imposición de un Gobierno extranjero, al que hay que pedir que sea demócrata. Y mientras tanto, lo que vaya mal es culpa de España. Es el Gobierno soñado por cualquier político, lo bueno lo hago yo, y lo malo viene del enemigo.

Por cierto, vengo leyendo estos días unas páginas de un libro de historia sobre la toma de Granada por los Reyes Católicos. Hoy mismo leí que en la toma de Málaga, que era el fortín principal del reino musulmán, tuvo un papel principalísimo el bloqueo y la actuación de la Armada Catalana. Habría quien creyera que esto significa que Cataluña contribuyó decisivamente a la Unidad Nacional (como en tantas y tantas otras veces de nuestra historia), pero supongo que el Señor Mas podría explicarnos que en realidad se trataba de elementos españolistas infiltrados en los pocos buques catalanes que participaron en esta acción, o bien que no fue la Armada Catalana la que tuvo este papel tan decisivo, sino dos o tres barcos ocupados por valencianos, aragoneses y otros elementos engañados por el imperio español. 

Hay muchas cosas que mejorar en España, y reconozco que pudiera llegarse a organizarse un referendum sobre la posible independencia de Cataluña, pero lo que no acepto es que quien quiera pueda saltarse las reglas que nos hemos dado, aceptando las que le conviene o las que no le importe, y optando por no cumplir con aquellas que le resulten molestas. Esas personas, esos ministros venezolanos, esos Artur Mas, esos Sánchez Gordillo no son revolucionarios, no son libertadores, no son defensores de ideas. Y tampoco son demócratas.      

domingo, 31 de marzo de 2013

Mi Modelo de Estado

Hablando de la crisis, todo el mundo se apunta a señalar lo que va mal. Se aportan datos y más datos, todos negativos, a ver quien pone el panorama más oscuro. Cuando se piden soluciones, lo que se aporta son generalidades del tipo de "hay que cambiar el modelo económico" o "hay que reactivar la economía", pero nadie dice cómo hacerlo. Supongo que es lógico: sí estuviera claro, ya se habría hecho algo.

No seré yo quien diga que sé cuál es la solución, pero pensando en ello, quisiera proponer nada menos que un nuevo modelo de Estado, y para ello haré una revisión a las principales estructuras de funcionamiento de nuestras Instituciones.

En primer lugar, y empezando por lo más alto, apuesto por la República. Creo que la Monarquía es una reliquia y que no tiene ningún sentido. No lo tiene por su propia esencia: su carácter sucesorio. Es una lotería, lo mismo te sale un Jefe del Estado con cabeza, que un descabezado, lo cual, por cierto, ha sido lo que estadística e históricamente ha pasado con mayor frecuencia en nuestro País. Pero es que, además, es injusto: en un sistema democrático en que se supone que todos somos iguales, resulta que el primer puesto no se destina al mejor, elegido por el Pueblo, sino que viene de un "derecho de sangre", como si la dinastia reinante tuviera un ADN mejor seleccionado que le hiciera ser superior al resto de "los mortales". Como dice Marisa, "si yo no heredé el trabajo de mi padre, ¿por qué éstos tienen derecho a heredarlo del suyo?"

Así pues, República. Pero no la que tendríamos en caso de que prosperase. Me temo que tendríamos, en ese caso, un sistema como el de nuestras fracasadas I y II Repúblicas, con un Presidente del Estado y un Jefe de Gobierno. El sistema Francés o Italiano. Yo pienso que esto es un error, y no por unirme a aquellos que, con no sé qué datos, dicen que esto sería más caro que mantener a la Monarquía (ya tendría que tener hijos el Presidente de esta hipotética República para igualar los gastos de la populosa -y no uso esta palabra en su acepción de proveniente del Pueblo, sino en su vertiente puramente matemática- familia real), sino porque ¿para qué queremos otra figura de cera en lo más alto de la pirámide? Lo de que sea una referencia para todos no es de recibo, cuando el Presidente sería elegido por los propios partidos políticos. No, yo prefiero una República Presidencialista, al estilo de los Estados Unidos, sin monigotes: el presidente manda, y para eso se le elije.

Nada de un sistema bicameral. Por más que esto sea lo que prevalece en la mayoría de las democracias, está demostrado que el Senado no tiene utilidad alguna. Demasiadas veces se ha deseado (y del deseo no se ha pasado) que el Senado sea un cámara de representación autonómica, y no ha funcionado, pero es que, además, ¿que significaría esto? ¿que algunas autonomías podrían paralizar o contrariar lo que decidiera el Congreso de representación Estatal? No lo compro.

Otra cuestión crítica: hay que modificar el sistema electoral y la demencial fórmula d'Hont que ahora impera, esa que en teoría favorece las mayorías, pero que al combinarse con el sistema proporcional por territorios hace que un voto en Badajoz no valga lo mismo que otro en Tarragona. ¿Por qué narices Convergència i Unió tiene 16 Diputados actualmente e Izquierda Unida sólo 10 si resulta que CiU sacó 1.014.263 votos y a IU le votaron 1.680.810 ciudadanos en las últimas Elecciones Generales? No creo que sea tan difícil: cada persona un voto, y lo demás son manipulaciones interesadas.

¿Las autonomías? Totalmente a favor. Hay que acercar el Gobierno a los ciudadanos y un Gobierno local puede estar más cerca que una mera Delegación del Gobierno. Como dice (no de manera textual) Leopoldo Abadía es su best-seller "La Crisis Ninja..." (si no lo habéis leído, os lo recomiendo), la idea de que su hijo se encargase de limpiar la piscina a cambio de un pequeño salario y de poder invitar a unos pocos amigos era buena, porque el hijo se ganaba unas perrillas y una cierta estima social entre sus colegas, y el padre ganaba el ahorrarse el trabajo y que la piscina nunca había estado tan bien cuidada. El problema surgió cuando los pocos amigos se convirtieron en poco menos que el barrio entero y la familia ya no pudo disffrutar ni de la piscina ni de la casa porque estaba infectada de "okupas" con carácter casi permanente. Pues eso, las autonomías son positivas, pero todo tiene un límite. Aunque a mis amigos y conocidos catalanes les fastidie, creo que hay que recuperar la Educación para el Estado Central, o esto se nos irá de las manos, y por supuesto debe de haber una Justicia, Hacienda, Cultura y Asuntos Exteriores centralizadas.

Esto me lleva a otro punto, éste más idealista aún que los anteriores: partidos políticos capaces de ponerse de acuerdo en varias cuestiones críticas. Basta de una nueva reforma de Educación con cada cambio de Gobierno; ¿es tan difícil que se pongan de acuerdo en una reforma que valga para todos? Basta de reformas de la Justicia hechas a la carta ¿no es la Justicia ciega y para todos? ¡póngase de acuerdo, coño, que caen en el ridículo! Basta de cambiar de política exterior ¿cómo vamos a permitirnos que nuestros principales aliados en el Mundo sean Venezuela y Ecuador, mientras que le metemos el dedo en el ojo a Estados Unidos?   

Y por último, la División de Poderes. Podemos llenarnos la boca hasta la extenuación diciendo que existe, pero no es así. No lo será hasta que el Fiscal General no sea elegido por el partido en el poder, hasta que los miembros del Tribunal Constitucional no se elijan por los propios miembros de la carrera judicial, o hasta que no se garantice (aplicando las penalizaciones que sean menester) que no hay jueces que toman decisiones influenciados por el hecho de que sean "progresistas" o "conservadores". Ha habido situaciones vergonzantes a este respecto en nuestra historia más reciente, y las sigue habiendo.

Y de aquí para abajo, habría más medidas a tomar, aunque todas ellas inspiradas por la misma visión, que, curiosamente, sería firmada por todos los que se dicen demócratas: igualdad para todos, no duplicidad de funciones entre administraciones, no inmisión del Poder Ejecutivo en los temas judiciales, etc, etc. Pero no es posible desglosar todo, así que, con la mayor humildad posible, me quedo aquí y resumo:

  • República Presidencialista Monocameral.
  • Verdadera representativad popular a través de un sistema electoral simple (una persona = un voto).
  • Un sistema autonómico que no exceda las funciones que debiera tener asignadas, con la Educación, Justicia, Hacienda y Representación Exterior en manos del Estado.
  • Partidos políticos que pacten los temás críticos estructurales: Educación, Justicia y nuestra Política Exterior, de manera que no varien al cambiar el Gobierno.
  • Una división de poderes real, con garantía de que los Poderes Ejecutivo y/o Legislativo no elijen al Poder Judicial, y éste tiene acotadas sus funciones para que no se inmiscuya en las áreas de los otros dos. 
¿Nos sacaría esto de la crisis? Es posible que no de una manera inmediata, pero se trata de tener la mejor maquinaría posible para que el País funcione, y para mí esto es un buen modelo (claro, que es el mío, y si yo no estoy de acuerdo comnmigo mismo, ¿quién lo estará?).

lunes, 4 de marzo de 2013

La Prensa o el Cuponazo

Resulta que mi padre y mi hermano mayor son periodistas, especializados en prensa deportiva. Y ahora Estibaliz, mi hija mayor, está cerca de terminar su carrera de periodismo. Así pues, lo del periodismo me queda cerca, y se me ha ocurrido pensar en ello.

Recuerdo ir con mi padre a ver algún partido de fútbol o de otro deporte. Durante el juego, mi padre nunca celebraba los goles de ninguno de los equipos, cualquiera que fuera, y luego en la rueda de prensa, a la que también me llevaba, tanto él como sus compañeros de profesión hacían las preguntas sin tomar partido. Por fin, en las crónicas, contaba lo que había visto y raramente se decantaba por si una jugada´crítica había sido bien o mal pitada; sólamente reseñaba que había sido polémica, que el público había protestado, etc.

Durante mucho tiempo pensé que simplemente no era de ningún equipo...aunque luego he sabido que sí que lo es (aunque si se lo preguntara ahora, seguro que lo negaría).

En el caso de mi hermano, aunque no he ido con él a ver ningún evento, estoy seguro de que actúa igual.

Los periodistas que se llevan ahora son distintos. Se exaltan con el juego de "su" equipo sin pudor, y en antena o en la rueda de prensa dicen cosas como "hemos jugado bien" o "nos han pitado un penalti". Toman partido y, lo que es más, interpretan las polémicas desde su prisma partidista, dejando la objetividad de lado.

Esta actitud se justifica de muchas maneras: los otros (los del equipo contrario) hacen lo mismo, el deporte es pasión, esto es lo que vende, etc, etc. Y es verdad, esto es lo que vende. De hecho, el ser lo suficientemente honesto como para decir que no se tienen elementos suficientes para opinar sobre un lance concreto, o que incluso el equipo contrario tiene razón, no solo no vende, sino que posiblemente sea causa de preaviso de despido.

Adaptarse o morir...solo hay que sacrificar la esencia de eso que llaman en el argot periodístico "la profesión",pero ¿a quién le importa mientras que se medre? Es más, sé radical y entonces te llevarán a los debates de la tele como experto en la materia.

En la prensa del corazón es lo mismo: hay "belen estebanistas", y también hay "mila ximenezistas" enfrentadas a "carmele marchantistas". Y además, a muerte y para siempre, es decir, hasta el próximo programa, en que puede convenir cambiar de bando.

Desgraciadamente, en la prensa "seria" ocurre lo mismo. ¿Acaso no se compran los periódicos o se sintonizan los canales en función de lo que sabemos que nos van contar de antemano? Son prensa de derechas o de izquierdas. Del PP o del PSOE, y algunas de más allá. Eso implica que cualquier suceso que se convierte en noticia es interpretado de manera totalmente diferente por los de un lado y por los del otro. ¡Si parece que hablan de cosas distintas! Y como además (exactamente como en el caso de lo que estos "serios periodistas" llaman "telebasura") la vida da vueltas, pues resulta que los de un lado, que criticaban a los del otro por hacer algo que se considera el acabóse de la sinvergonzonería, cuando los del lado propio hacen exactamente lo mismo, entonces lo justifican. Es en ese momento cuando los del otro lado se lo recuerdan, pero aquellos aducen "no es lo mismo", y así en un sin parar, porque a ambas partes les ocurre cíclicamente lo mismo.

Me parece vergonzoso ver como se "informa" en Telemadrid y en La Sexta. Cada uno por su lado, pero en ambos casos llegando hasta el ridículo. Eso sí, muy seriamente, y sin partirse de risa mientras se introduce un vídeo en el que se saca de contexto aquello de lo que se habla. ¿No es notable que cuando se le pone el micrófono a la gente de la calle, resulte que "el Pueblo" que sale representado en Telemadrid opina en bloque conforme a la línea editorial de la cadena, y que ocurra lo mismo , pero obviamente con el sesgo ideológico contrario, cuando el micrófono es de La Sexta? Y el/la presentador/a de turno pone el colofón: "como hemos podido comprobar al pulsar la opinión de la calle..." ¡pero si han salido cuatro personas! ¡Estadística, por favor!¡muestras representativas!

Yo, que me estoy haciendo mayor, creo en valores como la honestidad y en tener la conciencia tranquila. Por eso, a Estibaliz le hago un flaco favor y le digo que no tome partido en su profesión, no porque no pueda (en su vida privada que sea apasionada de una causa), sino porque su profesión consistirá en informar a todos, y no solo a los "suyos".

Si se coje a cualquiera de estos partidistas "periodistas" que nos rodean y se le pregunta ¿en qué consiste tu profesión?. Apuesto a que todos al unísono dirían "en informar". Y si se les apura, se les conseguirá sacar aquello de "informar de una manera veraz e independiente". La teoría se la saben, pero la realidad es que yo no veo ningún medio veraz y/o independiente. Todos son de un equipo o de otro, de una Mila o de una Carmele, de un partido o del contrario, y no cuentan la verdad sino que nos cantan sus verdades, y no son independientes, sino que cacarean las consignas que su medio de comunicación establece o la que ellos creen que está bien vista.

Estibaliz, si ya es difícil encontrar un trabajo ahora en el periodismo, fíjate que tu padre todavía pretende que lo encuentres y que lo mantengas siendo honesta y no alineándote con tu empleador, sino haciendo eso tan revolucionario que es informar de una manera veraz e independiente. ¡Estás perdida! No queda opción...o si: seguiremos comprando el Cuponazo.




viernes, 15 de febrero de 2013

Eurovegas, y a hacerse Amy

Hace unas semanas se hizo público que Alcorcón será el lugar donde se construirá el Complejo Eurovegas.

Ha sido un largo proceso hasta que se desveló la ubicación definitiva, y a lo largo de todo este tiempo se han venido oyendo todo tipo de opiniones al respecto. Las que más se han oído, porque son las que más ruido han metido, son las que se han manifestado en contra del proyecto. Ya han surgido las correspondientes plataformas: "Eurovegas No", "Detengamos Eurovegas Alcorcón" y otras por el estilo.

Yo, por mi parte, he oído a allegados listar los horrores que nos esperan y, por supuesto, he escuchado a una parte de nuestros inefables políticos posicionarse a favor y en contra. Con respecto a esto último, es lo de siempre: si unos apoyan una postura, los otros apoyarán la otra. Lo digo en este tiempo verbal porque casi estoy seguro de que los otros esperaron a ver que opinaban los unos para poder definir su posición. La contraria, por supuesto.

Al actuar de este modo se da una circunstancia muy curiosa: los de derechas, a favor de la creación de este engendro de perdición, y los de izquierdas clamando por la preservación de la moral pública y apostando porque todo se quede como está. Desde luego es difícil imaginar unos partidos "progresistas" más conservadores que los nuestros.

Pero fuera de este run-run de fondo, ¿qué podemos esperar de Eurovegas? Yo imagino que lo de siempre y en todas partes: cosas buenas y cosas menos buenas. Así que he pensado en ambas partes, y esto es lo que se me ha ocurrido.

Dentro de las cosas buenas es fácil considerar que se hará una inversión millonaria (se habla de 17.000 a 27.000 millones de euros en un plazo de unos 20 años), que se crearán muchos puestos de trabajo (unos 40.000 a 80.000 directos, y más de 200.000 contando los indirectos), o que el propio Proyecto dará una nueva dimensión a Madrid como una ciudad que poner en el mapa mundial (ya sólo nos falta ser Ciudad Olímpica y nos hunden la Península a base de venir todos los turistas en tropel).

Dentro de las cosas malas hay que pensar, precisamente en el baile de cifras: un día la inversión para la primera fase es de 6.750 millones y al día siguiente ya es sólo de poco más de 2.500, o resulta que el número de puestos de trabajo directos "bota" de 40.000 a 80.000, para bajar a 60.000 e hincharse en un momento por encima de los 100.000. Además, no cabe duda de de que el Proyecto traerá quebraderos de cabeza: habrá delitos, accidentes, droga, prostitución y juego por doquier.

Estos datos, de un lado y de otro, se pueden expresar de esta otra manera:

En la parte buena, resulta que Madrid se ha hecho con un Proyecto por el que matarían ciudades como París, Londres o Berlín. Menos mal que desde el principio parece ser que sólo se consideró a España como destino, porque si llegamos a competir con otros países hubiéramos visto al Señor Hollande ofreciendo los Campos Eliseos, al Señor Cameron firmando la adhesión eterna de Gran Bretaña a la UE para no espantar futuros clientes, o a la Sra. Merkel contando chistes junto al Magnate Adelson con tal de llevárselo al huerto. Y nosotros aquí, nos ponemos "estupendos" y le ponemos pegas. Pero, por lo que más se quiera, ¡si somos pobres y hay un tipo que viene ofreciéndonos dinero, trabajo y hasta reconocimiento internacional!.

En la parte mala, vale que hay que aclararse con lo de las informacíones que circulan, pero ya se sabe que aquí hasta el más bobo se siente portavoz de la raza humana, pero en cuanto a lo demás ¿de qué hablan?. Puede haber más delitos, más accidentes y lo demás, simplemente porque haya más gente, más dinero circulando. ¿Alguien no quiere este dinero circulando?, puies que se haga Amy, que allí sólo conducen carromatos tirados por caballos mansos.

Respecto a la droga, la gran lacra, ¿alguien de los que protesta ha estado en Las Vegas?, ese templo del pecado, como imagino tronar al predicador Tomás Gómez. Pues resulta que allí no ves ni más ni menos drogatas que en cualquier otra parte, y que por el contrario lo que hay es un cuidado exquisito en que no haya ese ambiente, y no porque sean puros de espirítu, sino porque eso iría contra el negocio.

¿La prostitución? Pero, vamos a ver si nos aclaramos, los que claman contra Eurovegas ¿son los que persiguen a las prostitutas o las que las apoyan? Voy a decir algo al respecto, y espero ser rotundo: a mí la prostitución no me parece mal. Si alguien quiere vender su cuerpo y otro/a quiere comprarlo, ¿qué hay de malo en ello? Lo malo es que obliguen a nadie a prostituirse, pero los voluntarios/as que sean bienvenidos. Es más, yo clamo porque se les dé un carnet profesional y de alta en la Seguridad Social, que necesitamos más pringados, entre los que me incluyo, para pagar las pensiones...que la mía está cada día más cerca.

Y en cuanto al juego...si, en cuanto al juego, háganlo, que gire la ruleta y que esto empiece, porque si tarda unos cuantos años, no estoy seguro de poder soportar tantos argumentos timoratos en boca de tantos librepensadores.

Puedo imaginarme a los que están en contra manifestarse frente a la puerta del Señor Ford en el Siglo XIX porque ese invento diabólico del automóvil "solo traerá delitos y accidentes". Y así fué, los trajo. Pues eso, a hacerse Amy.   

domingo, 3 de febrero de 2013

Las Buenas Noticias

La verdad es que yo quería escribir sobre otro tema pero entonces, hace unos días, a la hora de la cena, a mis hijas les dió por sacar el tema del blog y empezaron a hacerme recomendaciones sobre los temas de los que tenía que hablar. Natalia, que siempre es la más elocuente cuando se digna participar en una charla familiar, zanjó la conversación diciendo desde la pasión de sus 15 años, "Papá, lo que tienes que hacer es hablar de las cosas que van bien, porque no todo es tan malo".

Confieso que me lo pensé más de dos veces, porque con lo que está cayendo no querría parecer frívolo, pero, vaya, si a uno le ordenan hacer algo, lo hace y misión cumplida.

He seleccionado diez buenas noticias, o sensanciones, y ahí van, una tras otra:

  1. La maldita prima de riesgo, que llegó a tocar los 634,3 puntos básicos el 23 de julio de 2012, ahora está entorno a los 350 puntos.
  2. En el sector automovilístico se han adjudicado la fabricación de nuevos modelos, aún a consta de rebajar los salarios, a las plantas de Ford en Valencia, a las tres que Renault tiene en España, y parece que también hay probabilidades de que suceda lo mismo con la de Nissan en Barcelona. Esto creará empleos. Somos los segunos fabricantes a nivel europeo y los octavos a nivel mundial.
  3. El diario Expansión publicó a principios de enero un listado de 30 empresas que crearán puestos de trabajo en 2013. Es de esperar que sólo mencionen las más grandes y que habrá otras muchas que las sigan, y como mínimo las PYMES que proveen a estas grandes empresas.
  4. España se ha consolidado en 2012 como el tercer país del mundo por número de turistas, y el segundo (solo por detrás de EE.UU.) por ingresos, con más de 30.000 millones de euros y un crecimiento anual del sector del 4%.
  5. Las empresas españolas crecen en el exterior, no sólo en Latinoamérica, sino también en Europa, Oriente Medio e incluso en EE.UU.
  6. En las noticias que leemos en los diarios europeos ya no se habla de rescate, sino que se incide en que vamos "por el buen camino".
  7. En 2012 mantenemos el liderazgo mundial en cuanto a número de trasplantes de órganos por cada 1.000 habitantes se refiere.
  8. En su última Memoria Anual, Cáritas indica que los donativos privados aumentaron un 3,5% respecto al año anterior, y el número de voluntarios aumentó un 4%. La solidaridad crece cuando hace más falta.
  9. La cadena Día aumentó su aportación a los Bancos de Alimentos en un 137% el año pasado, y Mercadona firmó un convenio con la Federación de Bancos de Alimentos, para que su aportación también aumente.
  10. Nuestro amigo Antonio encontró trabajo después de un tiempo que se nos hizo largo a todos. Es cierto que tuvo que irse a Qatar, pero también lo es que cuenta con el cariño de todos los que aquí nos quedamos, como demuestran las charlas de Whatsapp, que son diarias y muy, muy concurridas.
Casi todos estamos haciendo sacrificios (a algunos les está tocando más que a otros), y creo que estos sacrificios tendrán su recompensa. Así lo espero porque es lo que quiero creer, y porque los economistas (los de aquí y los de fuera) que antes se centraban en las malas noticias, ahora se centran en decir que se está haciendo lo que se tiene que hacer para salir de la crisis. Está siendo duro, pero tengo la sensación de que todos sabíamos que esto (lo de hacer sacrificios) era necesario cuando se celebraron las pasadas elecciones generales. También es cierto que no sabíamos en qué consistirían, y que no se nos contaron. Sin embargo, lo que era insostenible era seguir con la inercia que llevábamos.

Soy consciente que estamos en invierno, y no me engaño: sé que todavía quedan días de mucho frio y de heladas, y que es posible que vuelvan a soplar los vientos que tiran árboles que parecían inderrumbables. Sin embargo, noto que cada día es un poco más largo, unos breves minutos más, y también sé que pronto, muy pronto, llegará la primavera, y entonces ... entonces, el sol volverá a calentar.

martes, 15 de enero de 2013

En Contra del Aborto

Estoy en contra del aborto, aunque creo que en unas situaciones muy concretas debe/puede realizarse, y en otras situaciones tengo mis dudas.

Desde el punto de vista legal, en España el aborto está regulado por la Ley 2/2010, que marca tres hitos de tiempo:

- Aborto libre para todas las mujeres mayores de 16 años hasta las 14 semanas de embarazo.
- Hasta la semana 22 cuando exista riesgo para la salud física o psíquica de la madre.
- A partir de las 22 semanas, sólo si se descubren anomalías incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave e incurable del bebé.

En otros países donde la interrupción del embarazo está legalizado, el plazo definido para el aborto libre (sin necesidad de causa que lo justifique, más allá de la voluntad de la "madre") varía entre las 12 semanas (por ejemplo en Francia) y las 24 semanas (por ejemplo, en Inglaterra).

¿En qué se basan estos plazos? Entiendo que deberían basarse, o al menos tener en cuenta, el momento en que se considera que el feto es una vida humana ¿no? Entonces ¿por qué la diferencia? ¿es que los datos científicos en Francia son distintos de los que hay en España o en Inglaterra?

He estado navegando un poco en internet, y aunque no pretendo con ello tener información suficiente, tengo la sensación de que hay versiones para todo: desde los que dicen que la vida humana empieza en el momento en que se unen el espermatozoide y el óvulo, hasta aquellos que poco menos dicen que hasta que la madre no da a luz no hay vida independiente y por tanto no hay ser humano como tal.

¿Qué hacemos con esto? Yo sólo puedo aplicar mi propia experiencia, aunque ésta no esté relacionada directamente con el tema del aborto. En mi profesión, como consultor de medio ambiente, he hecho muchos análisis de riesgos. Estos análisis consisten en evaluar de una forma cuantitativa las consecuencias de que, tras producirse un accidente que implique una liberación de contaminantes al medio, éstos lleguen a ponerse en contacto con los que llamamos "potenciales receptores" y les ocasiones daños. En este proceso intervienen muchas variables, entre las que podemos señalar, a modo de ejemplo, la cantidad de contaminantes, la velocidad a la que se trasladan, la profundidad a la que llegan, el modo en que los potenciales receptores se ponen en contacto con los contaminantes, etc, etc. Cada una de estas variables supone una incertidumbre, porque, por ejemplo, ¿cómo fijeremos si se liberaron 200 o 350 litros de contaminantes?¿avanzaron 100 metros o 300? ¿los que respiran en la zona afectada, pasaron allí 3 horas al día o solo 1 hora diaria durante todos los días de un año? En la mayoria de los casos, no se pueden tener datos reales para estas variables, asi que ¿cómo actuamos? Pues nos curamos en salud, y cojemos lo que llamamos "datos conservadores". De los datos anteriores cojemos 350 litros de contaminantes, que avanzan 300 metros y que afectan a receptores que pasan 3 horas diarias durante todo un año respirando aquello. ¿Por qué hacemos esto?, pues porque estimando el riesgo de esta manera seremos capaces de diseñar unas medidas de evitación del riesgo que serán efectivas aún cuando se produzca el peor escenario posible. Hacerlo de otro modo, por ejemplo cojiendo los valores medios, nos pondría en la situación de minusvalorar las actuaciones de prevención o minimización de daños si es que en realidad lo que ha pasado es peor que ese valor medio.

Puede ser un  poco simplista extrapolar este enfoque al tema del aborto, pero por otro lado, si lo aplicamos al tema de afección a la salud humana o al medio ambiente, y en la parte de salud humana se incluye desde la creación de molestias hasta la muerte de individuos ¿por qué no aplicarlo a un caso en el que estamos hablando de que el "potencial receptor" es un bebé humano y estamos hablando de que decidamos si debe vivir o no?

Estoy en contra del aborto porque no hay consenso sobre cuando empieza la vida, y ante la duda no pienso correr el riesgo de decir que lo hace a partir de la semana número 12, 14, 24 o cualquier otra. Ante la duda, adopto un enfoque conservador y digo ¿y si empieza en la semana 1?¿Cómo nos justificaremos luego? ¿Bastará un "perdón, no lo sabía"? Ante la duda, no estoy dispuesto a ser complice en cargarme a un bebé.

Entiendo que la consecuencia de esto es que la mujer no decide, que puede haber problemas socio-económicos (una de las causas válidas en los países sajones), graves traumas y vidas infelices, pero es eso contra una vida humana, y desde que nací me enseñaron que eso tenía preferencia sobre otras cosas, que entiendo pueden ser trmendas y que no se las deseo a mi peor enemigo.

Por tanto, mi planteamiento es, permítaseme decirlo "científico": ante la duda, nada de matar al no-nacido; y ante ello, mi última apostilla es decir que, en general, somos gilipollas, porque ¿cómo hemos llegado a identificar este tema con la opción política? Si eres de izquierdas apoyas al aborto, y si eres de derechas estás en contra. Cualquier día de éstos nos convencerán de que los que toman fanta de naranja son de un lado y los que prefieren la de limón son del otro lado, y todos, como borregos, dejaremos de pensar si nos gusta una cosa u otra y beberemos lo que toman los de nuestra cuerda. Así nos va.   



martes, 1 de enero de 2013

La Huida de los Ricos y Soluciones a la Crisis

Confieso que en mi último post ("Los Buenos y los Malos") se me fue un poco la olla, porque empezé a escribir y el tecleo se me fue por los Bardem, Gerardo Díaz-Ferrán y los Sindicatos. Vamos, que "se me calentó el dedo" ante unos "personajes" que me calientan la sangre.

Mi intención era, sin embargo, otra: quería hablar solo de los ricos y de su huida a otros países donde se pagan menos impuestos. Y la razón de ello era otro nombre: Santiago Calatrava. El arquitecto ha trasladado su residencia fiscal a Suiza para pagar menos impuestos. Mi reacción fue: ¡Qué bonito! (Begoña dixit), ahora que la crisis nos azota, este señor se pira para ahorrarse unos dineros y pasar de rico a muy rico. ¡Seguro que luego le veremos en algún acto benéfico donando unas perrillas para que todo el mundo vea que es un tipo solidario!

Luego, antes de que me diera tiempo a plasmar nada en el blog, apareció el caso de Gerard Depardieu en Francia. ¡Vaya, en todas partes cuecen habas! Pero resulta que en este caso la prensa se cebó y salieron más datos publicados. Depardieu se muda a Bélgica porque en Francia le van a hacer pagar entre el 75 y el 85% de sus ingresos en impuestos ¡Qué barbaridad! Comprendo y apoyo al actor. Nadie debe pagar las tres cuartas partes de lo que genera con su trabajo. En ningún caso.

Por lo tanto, apoyo a Depardieu y "condeno" a Calatrava. ¿Cual es el límite numérico que separa mi actitud ante ambos? Para mí, y que cada uno ponga aquí su número, el límite está cerca del 50% de los ingresos brutos.  Esto es la mitad del tiempo de cualquiera donado gratuitamente al Estado. Ir más allá me parece abusivo.

Se dirá que es lícito que el Señor Calatrava se mude para pasar de pagar el 52% de tipo máximo en España a aproximadamente entre el 22,5 y el 45% en Suiza, dependiendo del Cantón donde se resida. Y es cierto, es lícito... pero no es ético...no, al menos, si no hace lo que ha hecho Depardieu: solicitar un cambio de nacionalidad. Si el Señor Calatrava quiere pagar menos impuestos fijando su residencia en Suiza, que se haga Suizo, que no diga que es Español. No puede pertenecer a una comunidad (llamemos así a España en este caso) aquél que se va, dejando de contribuir a su sostenimiento, sólo y exclusivamente por el beneficio propio. Eso no es ser miembro de la comunidad. Eso es sentirse parte de otra comunidad diferente, que se llama "Yo", y que se rije por una Constitución que dice que "sólo importo Yo y a los demás que les dén".

Como inciso quisiera aclarar que este discurso no tiene nada que ver con las personas que emigran a otro país para trabajar. Tampoco a aquellos que emigran a Suiza. La diferencia es que el motivo del traslado es trabajar en este caso, mientras que en el caso del arquitecto el motivo es "escaquear" impuestos. El primero se basa en una causa "justa"; el segundo se basa en el egoismo máximo.

Hágase Suizo el Seños Calatrava, y cuando en Suiza aumenten los impuestos, trasládese a otro país, que siempre habrá quien esté dispuesto a aceptar a los Yo-país, a los apátridas fiscales. Pero, por favor, que no reclame sus raíces, que no participe en eventos solidarios, que no pretenda mejorar su imagen y asuma ser lo que es: una persona a la que los demás le dan igual.

Pues bien, al hilo de este tema y ahora que todos nos hemos convertido en expertos economistas que opinan sobre cualquier cosa, permítaseme dar una de esas "recetas-milagro" que suenan bien, aunque asumo que si la analizara un especialista en la materia me la descuajeringaría, y que tiene que ver con lo del Señor Calatrava: entiendo que nuestro problema es de dinero, de falta de dinero, así que hay que sacarlo de donde está, porque "haberlo, haylo" y si lo afloramos, entonces podremos empezar a invertir y a compatibilizar ahorro con crecimiento. Si yo mismo pongo un límite en el tipo máximo de los impuestos entorno al 50%, el tema de gravar a las rentas más altas no parece la solución. Lo que propongo son cuatro medidas que podríamos clasificar como "de buena voluntad":

  1. Que las personas que tengan ingresos multimillonarios y que se consideren ciudadanos españoles establezcan su residencia fiscal en España y que den órdenes a sus asesores de minimizar la aplicación de "trucos legales" para tributar menos, al menos hasta que salgamos de estos momentos difíciles. Pedírselo al Arquitecto Calatrava no tiene futuro, pero por ejemplo Fernando Alonso dió este paso, aunque ello le costará, se ha dicho, unos 57 millones de euros en cuatro años. Un buen ejemplo ¿verdad?
  2. Que las empresas nacionales minimicen también sus trucos contables para enmascarar los beneficios obtenidos, moviéndolos de un país a otro hasta acabar en un paraíso fiscal donde apenas se pagan impuestos. Obviamente las empresas deben responder a sus accionistas y darles dividendos, pero seguro que hay manera de mejorar el balance ganancias-trucos-dividendos-impuestos.
  3. Que las empresas españolas traigan a nuestro territorio aquellos departamentos que pueden funcionar aquí, y que tributen aquí por actividades desarrolaldas a nivel global. Estoy pensando en ejemplos como Telefónica, que en la primavera pasada trajó de regreso a España sus "call centers" de Latinoamérica, o en Inditex, que ha trasladado de Irlanda a España el pago de impuestos de sus tiendas "online". 
  4. Que Hacienda invierta en inspectores para aflorar dinero negro. ¿Por qué no aplicar un enfoque propio de la empresa privada, tal y como incentivar económicamente a los inspectores que afloren más impuestos no pagados indebidamente? ¿Suena a recaudatorio? Pues sí, lo es.
 No voy a arreglar la situación actual del País, pero como espectador opino y comparto mis ideas.