domingo, 2 de diciembre de 2012

Elegía Relativa

Se suele comentar estos días aquello de "mejor no ver el telediario, porque todo son malas noticias". Y es verdad. Haz una prueba, antes de seguir leyendo: para y piensa en cuales son las últimas cosas que recuerdas haber oido en un telediario o haber leído en un periódico....

Puede que alguna sea incluso buena, si es que tu equipo de fútbol ha ganado la jornada anterior, pero más allá de eso, ¿en qué has pensado? Déjame adivinar: las manifestaciones por temas de sanidad, educación, etc; los deshaucios; la tragedia del Madrid Arena; la guerra Israel-Palestina; la guerra en Siria; la guerra en Egipto; etc, etc, etc.

Mejor nos refugiamos en nuestra vida propia, donde solo tenemos que peocuparnos por cosas nimias, tales como que, joder, me espera una semana de órdago, con una presión que te pasas porque mi jefe, mis clientes, mis compañeros (y cada uno ponga sus "mis") me van a ... Y menos mal que todavía sigo en la batalla, porque esto se está poniendo feo y si sigue así me van a ... mejor pienso en otra cosa.

¿Es que no hay donde esconderse?

A Natalia le preocupa su examen de matemáticas de mañana...y ¡ahí está la clave! Resulta que la he estado ayudando un poco y ¡me parece tan fácil!: problemas de móviles, mezclas, reglas de tres e interes simple (interes = carrete / 100). Si yo tuviera que hacer ese examen, lo haría en 10 minutos y con los ojos cerrados....claro que yo tengo 47 años y Natalia estudia 4º de la ESO. Pero la cuestión no es esa, la cuestión es que a Natalia le parece un examen difícil y es, de alguna manera, un reto al que se enfrenta y que, espero, es una de las prioridades de su próxima semana, mientras que yo sé que es una chorrada de examen, uno más, que pasará y que no marcará su vida.

¿La moraleja?: no solamente las cosas son relativas, sino que debemos verlas como relativas. Ese gran problema que nos tiene sin dormir, pasados unos días será algo que no solamente no tendrá importancia, sino que simplemente ¡no recordaremos!. Así que recomiendo ver la vida con una cierta perspectiva: habrá problemas reales y esos no pasarán, esos nos marcarán, pero afortunadamente son los menos, así que no hagamos que otros problemas menores nos paren y sigamos adelante. Cuando pase un tiempo, nos sucederá lo que dice Fran Sinatra en su famoso "My Way":"He amado, he reído y llorado; he tenido mi ración de fracaso. Y ahora, ya sin lágrimas, ¡lo encuentro todo tan divertido!"

No es ésta una receta mágica, ni está exenta de detractores: ¿cuantas veces he tenido que oir aquello de que no siento los colores, solo porque tras un fracaso no me he detenido con las demás plañideras a llorar, o porque cuando tras un éxito no he brindado con los celebradores oficiales y he preferido pensar en qué venía después? Pero, en fin, cada uno tiene su manera de ser, y esto de no llorar o reir con el coro es siempre criticado por los definidores de cual es la actitud correcta en cada momento.

En las últimas semanas ha habido muchas noticias relativamente malas y algunas noticias relativamente buenas. Para los que son los directamente afectados son sucesos que les marcan, para los demás, como espectadores, son cosas que pasan. Así de cruel, así de real.

Lo que yo recordaré de estas semanas, de estos meses, y quizás de estos años, no serán las muertes dramáticas, las guerras ajenas, o la enorme crisis que ahora tanto nos preocupa. Lo que yo recordaré es que un día de estos, hace no mucho, murió Miliki, un payaso que hizo unas canciones estupendas, que hasta mis hijos se saben, y que hizo una escena absurda en la que Gaby les hacía una adivinanza a Miliki y Fofo sobre una extensión de agua salada muy grande, donde todos acababan dándose tortazos los unos a los otros diciendo "el mar, idiota, el mar" mientras realmente se partían de risa y apenas podían continuar con ello. Yo debía de tener unos 10 ó 12 años, y sí, eso es lo que recuerdo. Sin embargo, no me acuerdo de si entonces había crisis, si murió mucha gente ese año, si hubo guerras, terremotos u otras noticias que en su día hacían pensar que el Mundo se iba a pique. Solo tres payasos, partidos de risa y dándose tortazos....y el último de ellos recién se marchó. Que vaya en paz, y que nosotros seamos capaz de seguir riéndonos, porque al final las lágrimas se irán y lo importante es mirar para atrás y poder decir ¡ha sido divertido!

1 comentario:

  1. Esto me recuerda a algo que dice Antonio Gala:"La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante." Aunque más es la que dijo Groucho Marx:"Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna,..."

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